ANTOINE DUFILHO

La pasión de Dufilho por el arte y la escultura se remonta a su infancia, donde fue introducido a las artes plásticas por su tío abuelo Jacques, un actor, artista y coleccionista de Bugattis. Desde entonces, su viaje artístico ha sido una fusión de influencias familiares, educación multidisciplinaria y un enfoque autodidacta hacia la creación.

Graduado de la École d'Architecture et de Paysage de Lille, Dufilho desarrolló un nuevo enfoque de la escultura, donde descompone las formas en sucesivos estratos, creando una alternancia entre simetría y asimetría que captura el movimiento en objetos estáticos. Su primera escultura, un Bugatti creado como regalo para el 60 cumpleaños de su padre, fue el catalizador que lo llevó a abandonar la arquitectura y dedicarse por completo a la escultura.

Con un equipo de tres personas, Dufilho produce entre 20 y 35 piezas al año, cada una compuesta por entre 60 y 300 componentes cortados, mecanizados y acabados con precisión ultraprecisa. Utilizando principalmente metal, acero y aluminio, así como maderas nobles locales, sus esculturas conservan la inconfundible línea de los vehículos emblemáticos de la historia del automóvil.

Aunque subcontrata el corte láser de láminas de metal, Dufilho completa cada obra con su portentosa habilidad y destreza artesanal. Este enfoque meticuloso se extiende a su compromiso con la sostenibilidad, utilizando exclusivamente materiales y recursos locales en su proceso creativo.

El resultado final son esculturas impresionantes que desafían la percepción del espectador, generando ilusiones ópticas y cinéticas que invitan a una exploración más profunda de la forma y el movimiento. El trabajo de Antoine Dufilho no solo honra su legado familiar y su formación educativa, sino que también marca su posición como uno de los principales escultores contemporáneos, cuyo arte trasciende fronteras y despierta la imaginación de quienes lo contemplan.